La fiebre se relaciona con tener un enfermedad infecciosa. Una temperatura superior a 37,5ºC en la región del canto interno del ojo está relacionada con un proceso febril (Pascoe D, et al. 2010). Factores externos como la temperatura ambiente, la humedad relativa y elementos que cubren la región del ojo (como gafas) deben controlarse para garantizar datos que puedan ser fiables y comparables.