El control de la carga interna de un atleta es un mecanismo fundamental para prevenir el riesgo de lesiones, especialmente después de un período de cuarentena (Halson, 2014).
La termografía nos ayuda a detectar cambios en la temperatura de la piel que están relacionados con modificaciones fisiológicas de los diferentes tejidos. La mala asimilación de la carga puede crear asimetrías térmicas que se detectan, cuantifican y siguen fácilmente a lo largo del tiempo usando la termografía (Fernández Cuevas et al., 2017).
La termografía infrarroja, es una tecnología que mide la temperatura de la piel y destaca por que es rápida, no invasiva y ofrece datos objetivos. Tanto la asimetría térmica entre regiones contralaterales como un descenso o aumento significativo durante un periodo pueden indicar un mayor riesgo de lesiones, como describe Tumilty y colaboradores en un estudio sobre tendón de aquiles con termografía (2019).
La clave radica en que la temperatura nos proporciona información objetiva y cuantificable sobre el estado fisiológico de los tejidos. Su variación está estrechamente relacionada con la asimilación individual y localizada de la carga. Es por ello que se convierte en una herramienta clave para la prevención de lesiones, así como para el seguimiento de las mismas y la toma de decisiones sobre la vuelta a la competición (Hildebrandt et al., 2012).
References