Sillero y colaboradores (2015) han mostrado que la mayoría de lesiones presentan una asimetría con un aumento de la temperatura. Es decir que las regiones donde hay una lesión aguda tienen hipertermia, en un promedio de 0,5ºC.
Sin embargo, esto no significa que cada lesión o patología presente un aumento de la temperatura. De hecho, uno de los puntos más fascinantes de la termorregulación (y, por lo tanto, la termografía infrarroja) es que, dependiendo de la lesión / patología, el patrón térmico puede ser tanto hipertérmico como hipotérmico, es decir, más caliente o más frío que la región bilateral que está sana (Fernández Cuevas 2019).
La hipertermia o las áreas más cálidas están relacionadas con la inflamación, un exceso de carga o con un aumento en la actividad metabólica del tejido debajo de la piel, creando una asimetría térmica relacionada con lesiones como fracturas óseas, esguinces, contracturas, artrosis, tendinitis, etc. (Sillero et al. al.2015).
Por otro lado, la hipotermia o las áreas más frías pueden estar relacionadas con la inhibición, compensación o déficit de activación fisiológica / metabolismo. Este patrón está estrechamente relacionado con patologías o lesiones como problemas del sistema nervioso, del sistema vascular o fibrosis (Sillero et al. 2015).
La hipertermia puede ser tan importante como la hipotermia. La termografía infrarroja podría ser útil, dependiendo del patrón térmico (caliente o frío) para comprender qué proceso térmico está ocurriendo en la región afectada y, por lo tanto, para ayudar en el proceso diagnóstico.