En este estudio de caso mostramos la evolución de una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) en un jugador de fútbol amateur utilizando termografía infrarroja.
Como se puede ver en la figura 1 y 3, realizamos el seguimiento de la temperatura de la rodilla tomando fotografías térmicas (termogramas) antes, durante y después de la lesión para analizar la evolución de las asimetrías térmicas, no solo en la zona de la rodilla, sino también en el resto de regiones corporales (en este caso de las piernas).
Figura 1. Evolución de la imagen térmica en fechas clave durante la evolución de la lesión del LCA
El software ThermoHuman nos permite realizar un informe de seguimiento intuitivo y en profundidad (figura 2). Antes de la lesión, podemos observar que la asimetría era casi inexistente. Inmediatamente después de la lesión, la inflamación en la región creó una asimetría de 1,19ºC de diferencia. Luego de la lesión y hasta el momento de la operación (que por tratarse de un jugador amateur fue un largo periodo) observamos una tendencia irregular de la asimetría. Esto fue debido a que se utilizaron estos valores para ir ajustando la carga de trabajo en el acondiciomionamiento previo a la operación.
Figura 2. Informe de seguimiento de asimetría térmica con el software ThermoHuman
Después de la cirugía, la asimetría de la rodilla aumentó significativamente durante un largo período (más de 2 meses) con valores superiores a 1,5ºC de diferencia. Cuando esos valores disminuyeron el sujeto volvió a entrenar, sufriendo una recaída de la lesión, volviendo a aumentar dramáticamente los valores de asimetría y dolor con más de 1,3ºC. Finalmente, observamos cómo la percepción del dolor se redujo a 0 y el sujeto volvió a jugar, manteniendo una asimetría constante en torno a los 0,4ºC. Esta asimetría térmica crónica se observa a menudo en pacientes (deportistas o no) que se han sometido a una cirugía, principalmente en lesiones de articulaciones, huesos y ligamentos.
Figure 3. Evolución del dolor y asimetría térmica de la región de la rodilla durante todo el período (antes, durante y después de la lesión del LCA)
Este es un buen ejemplo de cómo la termografía infrarroja puede ayudar a realizar el seguimiento de una lesión, no solo desde la evolución clínica en la región afectada, sino también para manejar la carga de trabajo durante la rehabilitación y evitar compensaciones que aumentan el riesgo en regiones sanas y que, a fin de cuentas, son clave para reducir la inestabilidad y la probabilidad recaída y/o recidiva.
Referencias: