Sabemos que los tratamientos conservadores, como el ejercicio y la educación sobre el dolor, pueden mejorar la sintomatología en la mayoría de los casos (Wood & Hendrick, 2019). Desafortunadamente, en aproximadamente el 10-20% de estos pacientes, la terapia conservadora no es suficiente y la intervención quirúrgica es el tratamiento (Gautschi et al., 2008). En este estudio de caso mostramos cómo la termografía puede apoyar el diagnóstico al mostrar la fuerte relación entre la disminución de la temperatura y las anomalías nerviosas.
Como vimos en nuestro episodio de podcast sobre fisioterapia, el dolor lumbar inespecífico y la hernia discal son motivos muy habituales de consulta, tanto para tratamientos conservadores como para pacientes de intervenciones posquirúrgicas.
“… en aproximadamente el 10-20% de estos pacientes, la terapia conservadora no es suficiente y la intervención quirúrgica es el tratamiento”
Gautschi et al., 2008
Para este tipo de casos de estudio solemos decir que la representación térmica del dolor lumbar es muy complicada de interpretar. Además, es bastante fluctuante en función de la gravedad, el mecanismo de la lesión y la edad. Pero eso lo dejamos para más adelante, hoy les traigo un caso sencillo, vayamos a él.
Se trata de un paciente masculino de 37 años con antecedentes de dolor lumbar recurrente (incluido un episodio de dolor ciático). Acudió a urgencias por dolor extremo y pérdida de sensibilidad y motricidad en toda su pierna izquierda.
Tras un diagnóstico de compresión incapacitante (aumento del dolor y pérdida de funcionalidad) de las raíces L4 y L5, una microdiscectomía lumbar abierta, una intervención quirúrgica que ha mostrado buenos resultados clínicos (Kim et al., 2018), fue la decisión del cirujano. Por ello, la cirugía lumbar vista con termografía forman este estudio de caso.
Figure 1: paciente de microdiscectomía lumbar abierta a las 8 semanas, vista con visión digital (izquierda) y térmica (derecha), donde podemos ver el recorrido de la raíz nerviosa más frío que el contralateral.
Como se puede ver en el lado izquierdo de la figura 1, la cicatriz se observa a simple vista. En el lado derecho, podemos ver algo aún más interesante. En la región de la piel donde suele colocarse la raíz nerviosa L4-L5, aparece con una temperatura disminuida en el termograma. Esto puede indicar una disminución de la actividad fisiológica del nervio. Incluso después de una cirugía exitosa, el paciente todavía siente dolor en la espalda baja. Lo valora con un EVA 4 para el lado izquierdo y 8 para el lado derecho.
Cuando llega para una consulta de fisioterapia (8 semanas después de la cirugía), presenta dos síntomas principales. El primero es dolor en la región lumbar y, pero completamente funcional. El segundo es la pérdida de sensibilidad y motricidad (fuerza 4/5 en los flexores dorsales y eversores del pie). Esto se correlaciona perfectamente con las regiones de hipotermia que se muestran justo debajo en la Fig. 2, donde también vemos la percepción del dolor del paciente en la parte posterior de la pierna, evaluada con EVA y mostrando una hipotermia significativa.
Figura 2: avatares y termogramas que muestran hipotermias en las regiones de hiposensibilidad e hipomotricidad. También EVA (Escala Visual Analógico, del inglés Visual Analogue Scale, VAS) que muestra la percepción del dolor del paciente en la parte posterior de la pierna.
El tratamiento de fisioterapia consistió fundamentalmente en ejercicio terapéutico (Owen et al., 2020) y educación en neurociencia del dolor (Wood & Hendrick, 2019). Afortunadamente, 4 meses después de la cirugía y 2 meses después de una intervención de tratamiento activo, este paciente ha experimentado una mejora relevante y una recuperación exitosa.
Esta es una de las razones más importantes por las que nos encanta usar la termografía con este propósito. El motivo no es otro que el soporte de diagnóstico y el seguimiento de lesiones. Gracias a estas dos estrategias podemos tener la mejor información disponible para poder tomar mejores decisiones. Además, podemos ver la evolución del tratamiento y, lo que es más importante, mostrárselo al paciente. De esta manera, él mismo podrá ver si la terapia está funcionando correctamente.
En resumen, en este estudio de caso hemos visto cómo la termografía ayuda a un paciente de cirugía lumbar. Hemos mostrado la fuerte relación entre la disminución de la temperatura y las anomalías nerviosas que afectan la funcionalidad (dolor y motricidad) del tejidos adyacentes.
Wood, L., & Hendrick, P. A. (2019). A systematic review and meta-analysis of pain neuroscience education for chronic low back pain. Short-and long-term outcomes of pain and disability. European Journal of Pain (London, England), 23(2), 234-249. https://doi.org/10.1002/ejp.1314