De lo contrario, existe la posibilidad de caer en alguno de los errores más frecuentes en termografía. Uno que merece especial atención y que trataremos hoy, es el de la angulación entre la cámara y el sujeto: la regla de los 90º.
El protocolo de toma de datos es uno de los pilares a tener en cuenta para la captura de la imagen termográfica, estos se basan en los trabajos de Moreira et al sobre el descrito protocolo TISEM. Ya formó parte de este blog un post en el que relatamos los 7 errores más frecuentes en el protocolo ThermoHuman. Entre ellos, hablamos de la posición de la cámara, del encuadre, del enfoque, etc. En este artículo destacamos la angulación de la cámara térmica, es decir, la regla de los 90º.
A la hora de disparar con la cámara termográfica, la orientación con respecto al sujeto determinará la representación de los píxeles que se van a incluir dentro de cada región de interés (ROI, del inglés Region of interest). Por ello, es importante que la cámara se encuentre perpendicular al sujeto formando un ángulo de 90º, tanto en el plano frontal como en el sagital. En concreto, comentamos la importancia de los ángulos laterales y verticales y que ambos deben estar completamente perpendiculares, formando un ángulo de 90º, con la superficie de la piel.
En la imagen 1, ¿cuál de los tres termógrafos está realizando correctamente la captura de la imagen térmica?
Imagen 1. Diferentes ángulos en dirección al sujeto. En verde, angulación correcta; en rojo, ejemplos de angulación incorrecta. Foto: ThermoHuman.
Sacarle partido a la angulación de la cámara termográfica
Para sacarle el máximo partido a una toma de imágenes termográficas y no incurrir en uno de los errores comunes que imposibilitan su análisis debemos saber que la lente y la piel del sujeto deben estar perfectamente paralelas. Y no es nada nuevo. Ya en 2010, en la Universidad Técnica de Košice, Eslovaquia, se investigó sobre este fenómeno, Hudák et al (2010) desarrollaron un modelo en el que demostraron que angulaciones diferentes a los 90º producían mediciones incorrectas. En la tabla 1 podemos ver que, si capturamos una imagen del mismo sujeto, en el mismo momento, pero con angulaciones distintas, el resultado es impreciso.
Ángulo [º]Tª máx [ºC]Tª media [ºC]Tª mín [ºC]038,337,336,88036,636,435,1Tabla 1. Podemos apreciar que las mediciones máximas, medias y mínimas difieren ligeramente al modificar el ángulo en el que se incide (adaptado de Hudák et al., 2010).
Es posible observar en la imagen 2 un ejemplo llevado a la práctica y más detallado. Podemos observar cómo el mero hecho de girar 30º el ángulo incipiente entre la cámara y el sujeto, modifica la medición térmica dando como resultado una diferencia significativa entre ambas.
Imagen 2. Ejemplo de análisis cuantitativo con el software ThermoHuman© del mismo sujeto modificando únicamente la angulación de la cámara. Foto: ThermoHuman.
Dentro de los errores de angulación, encontramos los referentes al plano sagital respecto de la posición del sujeto. Esto se debe principalmente a que el termógrafo se olvida de colocarse perpendicular y no se agacha a la posición correcta para estar perpendicular a las rodillas en el protocolo de piernas. Para no incurrir en el error de la angulación deberá adoptar una posición a la altura de las rótulas del sujeto al evaluar.
Imagen 3. Arriba: error frecuente al realizar imágenes de piernas. Abajo: modo correcto de proceder, manteniendo la perpendicularidad con el sujeto. Foto: ThermoHuman.
Como hemos podido ver en estos ejemplos, es de vital importancia respetar la perpendicularidad, la angulación de la cámara térmica en los termogramas, la regla de los 90º. Puede parecer un detalle fácil de corregir una vez lo has detectado. Y es cierto que no es técnicamente complicado ponerle solución, pero sigue siendo muy recurrente. El principal motivo que hace que esto se reproduzca son los pequeños descuidos que se corrigen con la práctica. Aunque, sin duda, es cierto que la herramienta no siempre ayuda.
En los modelos de cámara de una mano, suele existir una peculiaridad relacionada con la propia morfología de la cámara. La lente y la pantalla no son paralelas, tienen una pequeña angulación. Se puede observar en la imagen 4 en qué consiste esta singularidad exactamente y con detalle. No es otra cosa que un ángulo convergente de aproximadamente 10º que fuerza a que se tenga que prestar especial atención a la hora de realizar las tomas de datos.
Imagen 4. Ángulo lente-pantalla, mostrando una convergencia de unos 10º. Adaptado de FLIR Systems, Sweden ©
Por último, algunos modelos tienen un objetivo que se puede mover, lo que permite una funcionalidad y manejabilidad muy interesantes. En la imagen 5, se aprecia esta movilidad de manera clara. Se hace mucho más cómodo colocar correctamente la cámara, especialmente cuando el termógrafo está obligado a mantener posturas extrañas cuando hay poco espacio, el paciente no se puede colocar bien u otra situación particular. Sin embargo, es fácil olvidar la regla de los 90º, cuando la angulación de la cámara se ha modificado conscientemente.
Imagen 5. Modelo FLIR T540, en el que se aprecia la movilidad del visor. Adaptado de FLIR Systems, Sweden ©
Para terminar, y resumiendo, es importante recalcar que seguir estas consignas es tan relevante como sencillo. Por ello, recomendamos encarecidamente aplicar los pequeños consejos aportados para que cada imagen tomada sea lo más perfecta posible y, por tanto, la calidad de la información obtenida sea la mayor.
Hudák, R. (2010). An importance of camera - subject distance and angle in musculoskeletal applications of medical thermography. Acta Electrotechnica et Informatica. 10(29):57–60.