Las lesiones en la articulación de la rodilla es la región más lesionada de los deportistas, con 130 lesiones (sobre un total de 1101 lesiones) registradas por ejemplo en los juegos olímpicos de Rio 2016 (Soligard T. et al. 2017). A estas lesiones se le asocia a cambios degenerativos por la propia lesión o por la práctica deportiva.
Una de las degeneraciones más comunes es la osteoartritis de rodilla (OA) (Pereira D. et al. 2011). Esta patología, que cursa con inflamación de rodilla en sus fases agudas, puede deberse a la falta de estabilidad de la rodilla dando lugar a una pérdida de congruencia entre articulaciones durante la práctica deportiva.
Además, esta lesión está asociada a otras lesiones como la rotura de ligamento cruzado anterior (LCA). Existe un porcentaje mayor de deportistas con osteoartrosis de rodilla (OA) en aquellos que han sufrido previamente una lesión de LCA, los datos los sitúan en torno al 52% en un seguimiento a 20 años después de la lesión frente al 39% en la población general (Peña Ayala 2007; Cinque 2018)
Debido a esto supone un problema para la salud de los deportistas y sobre todo de aquellos lesionados previamente.
Por ello, el control de la salud de la rodilla mediante herramientas que permitan conocer el estado fisiológico y de inflamación de dicha articulación pueden ayudar a controlar los procesos de osteoartritis y sus comorbilidades asociadas. Esto es lo que se propusieron De Marzini et al. (2023) desde el grupo de trabajo del IRCCS Istituto Ortopedico Rizzoli al investigar el control de la osteoartritis mediante la termografía.
Los investigadores realizaron una evaluación a 40 pacientes (24 hombres y 16 mujeres) de una edad media de 61,3 ± 9,3 años y un índice de masa corporal (IMC) medio de 25,2 ± 3,0. La evaluación consistió en un termograma con una cámara FLIR T1020 de la rodilla sintomática y una segmentación manual de las regiones (figura 1).
Figura 1. Imagen del estudio con la segmentación de las regiones de la rodilla.
También se registraron diferentes cuestionario entre ellos destacaban la escala “International Knee Documentation Committee” (IKDC) y sus puntuaciones objetivas y subjetivas, el cuestionario PainDETECT para la evaluación del dolor neuropático y la escala visual analogica de dolor (VAS). Además, se registró el peso, el porcentaje de grasa y los datos demográficos.
Los resultados muestran varias relaciones entre la temperatura de la rodilla y los diferentes cuestionarios. Además, existe una relación positiva entre la temperatura de la rodilla y el IMC y una relación negativa entre la edad y la temperatura de la rodilla.
Cuando se relacionaban las puntuaciones del IKDC se observaba que aquellos que tenían peores resultados en el test, tenían una temperatura mayor en la rodilla (Figura 2).
Figura 2. Relación entre la temperatura de la rodilla y las puntuaciones del IKDC. Recordatorio: (A) significa normal y (D) significa severamente anormal.
Para el cuestionario de PainDETECT hay que destacar que sus puntuaciones son un continuo del tipo de dolor. Eso quiere decir que las puntuaciones bajas se asocian a un tipo de dolor mientras que las puntuaciones altas se asocian a otro (Figura 3).
Figura 3. tipos de dolor según el resultado en el cuestionario PainDETECT. R. Freynhagen, R. Baron, U. Gockel, T.R. Tölle / Curr Med Res Opin, Vol.22, No. 10 (2006)
Los resultados mostraron una correlación entre los datos de temperatura y los resultados de este cuestionario de (rho = −0.319, p = 0.045).(Figura 4).
Figura 4. Cuestionario PainDETECT y relación con la temperatura de la rodilla.
Este estudio demostró que la temperatura de la región de la rodilla con oastoartritis se ve alterada por las características demográficas y clínicas de los pacientes: incluida la edad, el IMC y los cuestionarios de percepción de la rodilla y su dolor.
Los hombres tuvieron temperaturas más altas, sobre todo aquellos más jóvenes con un IMC más alto. Además, los patrones de hipertermia estaban relacionados con peores puntuaciones en los valores objetivos del IKDC. Por otro lado, las temperaturas más bajas en la articulación de la rodilla se encontraron en los pacientes afectados por dolor neuropático.
Esto sienta un precedente para el estudio y el control de la temperatura de la región de la rodilla con el objetivo de monitorizar los problemas asociados a la degeneración de esta articulación por medio de la termografía.
Soligard T, Steffen K, Palmer D, et alSports injury and illness incidence in the Rio de Janeiro 2016 Olympic Summer Games: A prospective study of 11274 athletes from 207 countriesBritish Journal of Sports Medicine 2017;51:1265-1271.
Pereira, D.; Peleteiro, B.; Araújo, J.; Branco, J.; Santos, R.A.; Ramos, E. The effect of osteoarthritis definition on prevalence and incidence estimates: A systematic review. Osteoarthr. Cartil. 2011, 19, 1270–1285
Peña Ayala AH, Fernández-López JC. Prevalencia y factores de riesgo de la osteoartritis [Prevalence and risk factors in osteoarthritis]. Reumatol Clin. 2007 Oct;3 Suppl 3:S6-S12. Spanish. doi: 10.1016/S1699-258X(07)73648-3. Epub 2008 Nov 13. PMID: 21794484.
Cinque ME, Dornan GJ, Chahla J, et al. High rates of osteoarthritis develop after anterior cruciate ligament surgery: an analysis of 4108 patients. Am J Sports Med 2018;46:2011–9.
De Marziani, L.; Boffa, A.; Angelelli, L.; Andriolo, L.; Di Martino, A.; Zaffagnini, S.; Filardo, G. Infrared Thermography in Symptomatic Knee Osteoarthritis: Joint Temperature Differs Based on Patient and Pain Characteristics. J. Clin. Med. 2023