La tendinopatía patelar o rotuliana (TR) es una patología común del tendón rotuliano, especialmente en deportistas. Esta patología se caracteriza por el dolor en la parte anterior de la rodilla, justo debajo de la rótula, donde se inserta el tendón rotuliano.
El dolor suele intensificarse con la actividad física y puede afectar significativamente el rendimiento deportivo y la calidad de vida del atleta. La tendinopatía rotuliana es un resultado de la sobrecarga mecánica y microtraumas repetitivos que superan la capacidad de reparación del tendón. Esto lleva a una respuesta inflamatoria crónica y a cambios degenerativos en la estructura del tendón, como la desorganización de las fibras de colágeno, aumento de la vascularización y apoptosis celular.
Los atletas con esta condición pueden experimentar rigidez, hinchazón y una disminución en la capacidad funcional de la rodilla. La prevalencia de la tendinopatía rotuliana en atletas de élite en diferentes deportes se ha estimado en alrededor del 14% (Molina-Payá et al., 2023).
El diagnóstico se basa en la historia clínica, la evaluación física y el uso de técnicas de imagen como la ecografía y la resonancia magnética para identificar los cambios estructurales en el tendón.
Los signos ultrasonográficos de las tendinopatías incluyen un aumento en el grosor del tendón, pérdida de la alineación de las fibras de colágeno y la presencia de neovascularización. Sin embargo, el uso de estas técnicas requiere un conocimiento y coste asociado.
Algunas herramientas como la termografía infrarroja podría ser de utilidad en este contexto debido a su capacidad para detectar cambios térmicos asociados con la inflamación y el aumento del flujo sanguíneo en el tendón afectado. La termografía infrarroja es una técnica de imagen que mide la emisión de radiación infrarroja de la superficie del cuerpo, proporcionando un mapa de temperatura de los tejidos subyacentes.
La principal ventaja de la termografía es su carácter no invasivo y la ausencia de radiación ionizante, lo que la convierte en una opción segura y repetible para el monitoreo de lesiones. Además, puede identificar diferencias sutiles en la temperatura de la piel que están correlacionadas con procesos inflamatorios subyacentes, permitiendo una detección temprana de la tendinopatía y una evaluación de la severidad de la inflamación.
Un estudio de Molina-Payá et al., (2023) evaluó a 26 atletas con tendinopatía patelar y 27 atletas asintomáticos utilizando termografía infrarroja y ultrasonografía Doppler. Se registraron parámetros de: Diferencias de temperatura, Eco-textura (Ecointensidad-EI y Ecovariación-EV) y resistencia vascular intratendinosa (RVI)
Las diferencias absolutas de temperatura fueron significativamente mayores en el grupo con tendinopatía en comparación con los controles (BF10 = 19). Se encontró una fuerte evidencia de mayor temperatura en el lado afectado (BF10 = 14; efecto = 0.53°C; 95% CrI = 0.15°C–0.95°C).
Los atletas con TR mostraron una RVI significativamente reducida en comparación con los controles (BF10 = 71; efecto = -0.67; 95% CrI = -1.10 a -0.25). Esta reducción podría estar relacionada con la coexistencia de procesos degenerativos e inflamatorios en la tendinopatía rotuliana
El área de señal Doppler y la eco-variación fueron mayores en el grupo con tendinopatía (BF10 = 266). La eco-intensidad y la eco-variación se utilizaron como parámetros ecotexturales para diferenciar los tejidos afectados de los sanos. La eco-variación mostró una correlación moderada con los puntajes VISA-P, que miden la severidad de los síntomas en pacientes con TR.