Ismael Fernández-Cuevas (2012) publicó en su tesis doctoral las bases para la aplicación de la termografía en el deporte. Gracias a la tesis doctoral que llevaba por título: "Efecto del entrenamientode resistencia, velocidad y fuerza en la temperatura de la piel a través de la termografía infrarroja" se evaluó la respuesta fisiológica del cuerpo utilizando la temperatura de la piel medida a través de la termografía. Los principales hallazgos de este trabajo resaltan las diferencias según el tipo de estímulo de entrenamiento que se aplica. Todo depende de la orientación del entrenamiento, es decir, si solicita más el sistema cardiovascular, el sistema muscular periférico o el sistema neuromuscular, la respuesta térmica será diferente.
Además, de esta tesis doctoral derivan los trabajos de investigación que clasifican los factores de influencia del análisis termográfico, claves para no incurrir en errores de medida e interpretación en humanos. La publicación: "Classification of factors influencing the use of infrared thermography in humans: A review" recoge y clasifica los factores que afectan en una toma de datos como la edad, el género, la composición corporal o la actividad física realizada.
Con la tesis doctoral, Ismael Fernández-Cuevas y colaboradores (2012) tenían como objetivo investigar por primera vez la respuesta al ejercicio de la temperatura de la piel antes, inmediatamente después y hasta 8 horas después del entrenamiento. Para este propósito, se realizaron tres tipos de entrenamiento que se diferenciaban principalmente en la ruta metabólica de la obtención de energía para su desarrollo y en su orientación para generar fatiga. Mientras el entrenamiento de resistencia (45 minutos de carrera) genera una fatiga periférica involucrando al sistema cardiovascular, el entrenamiento de fuerza (hipertrofia) con ejercicios multiarticulares genera una fatiga periférica involucrando al sistema muscular periférico. En último lugar, el entrenamiento de velocidad va a generar una fatiga central involucrando al sistema neuromuscular. Por lo tanto, se esperaba una respuesta diferenciada en la temperatura de la piel.
"En el caso del estudio sobre los efectos de los entrenamientos de la velocidad resistencia y fuerza en la temperatura de la piel, los resultados muestran respuestas específicas según el tipo de entrenamiento, zona de interés, el momento de la evaluación y la función de las zonas analizadas."
Fernandez-Cuevas (2012)
Los resultados mostraron que después del entrenamiento de resistencia aparece un patrón moteado relacionado con la sudoración y la perfusión de la sangre por los capilares más cercanos a la piel, este tipo de respuesta moteada también se ha relacionado en la literatura con la producida por entrenamientos que afectan en mayor medida al sistema inmune. Además, el entrenamiento cardiovascular va a aumentar la temperatura de la piel inmediatamente después de entrenar y en mayor medida 8 horas después de entrenar.
Diseño del estudio de Fernández-Cuevas 2012. Foto: ThermoHuman
El entrenamiento de fuerza produce una respuesta térmica con un patrón más homogéneo y sobretodo en las regiones que se han solicitado durante la práctica del entrenamiento. En la investigación de Fernández-Cuevas (2012) la respuesta inmediatamente después del ejercicio no fue significativa, mientras que a las 8 horas posteriores la temperatura de la piel aumentó significativamente.
Por último, el entrenamiento de velocidad produjo una disminución significativa de la temperatura de la piel inmediatamente después del ejercicio. Esa caída puede estar atribuida por la eficiencia del sistema termorregulador o por la participación del sistema neuromuscular y su fatiga central. Pero lo interesante de la investigación es que este tipo de entrenamiento también aumentaba la temperatura de la piel a las 8 horas posteriores a su realización.
Si queremos comprender mejor cómo se puede utilizar la termografía para evaluar las respuestas fisiológicas del entrenamiento o para el control de la carga parece ser que inmediatamente después del entrenamiento no es un buen momento para evaluar, y sí lo es a partir de las 8 horas tras el entrenamiento.
Ismael Fernández Cuevas
Fernández-Cuevas y colaboradores (2012) concluyeron que la termografía podría ser útil para cuantificar la asimilación y recuperación física después de una carga física de trabajo. Estos resultados podrían ser muy útiles para entender mejor el complejo sistema de termorregulación humano, y por lo tanto, para utilizar la termografía de una manera más objetiva, precisa y profesional con visos a mejorar las nuevas aplicaciones termográficas en el sector de la actividad física y el deporte.
Si quieres más información sobre cómo el cuerpo humano y la temperatura de tu piel reaccionan cuando entrenas según la ciencia, consulta nuestra publicación anterior sobre HIIT.