¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando se produce una lesión muscular desde una perspectiva térmica? No te preocupes si la respuesta es "no", es una pregunta poco común. Además, es muy difícil encontrar evidencia científica sobre la respuesta térmica de este tipo de patología / lesión (y de la mayoría de ellas).
De hecho, es lógico que no haya mucha información al respecto dado que existen otras técnicas con mayor valor clínico y médico, como por ejemplo: cualquier técnica de diagnóstico estándar, como la ecografía. No obstante, la temperatura de la piel y la termografía están demostrando cada vez un mayor potencial, tanto científico como práctico.
Pero entonces, si finalmente nos vemos obligados a responder, probablemente diremos que la zona afectada "se calienta" (sí, incluso yo mismo respondería eso -o al menos hasta hace algunos años-). Hoy en día, tenemos suficientes casos y pruebas para decantarnos claramente entre las dos opciones "Frío o Caliente": se enfría.
El persistente problema de las lesiones en los deportes de alto rendimiento impulsa la búsqueda de tecnologías para reducir la incidencia de lesiones. A pesar de la mejora en la tecnología y las metodologías de entrenamiento, la incidencia de lesiones en el fútbol (entre otras disciplinas) incluso está aumentando. Últimamente, la termografía infrarroja se ha mostrado como una herramienta útil para prevenir, apoyar el diagnóstico y seguimiento de las lesiones en el fútbol (Gómez-Carmona et al. 2020).
Figura 1. Resultados de reducción de lesiones mediante termografía en equipos profesionales de fútbol.
Fernández-Cuevas, Ismael y del Estal-Martínez, Alejandro (2020) realizaron una ponencia en el "I Congreso Internacional de Aplicación de la Termografía Infrarroja en las Ciencias del Deporte" celebrado en Valencia, España. Donde describieron el perfil térmico de las lesiones más comunes del fútbol mediante el uso de la termografía infrarroja. Presentaron una serie de estudios de caso para describir la respuesta de la temperatura de la piel en las lesiones más frecuentes entre futbolistas (puedes ver en inglés los 10 minutos de presentación aquí).
El objetivo de Fernández-Cuevas y del Estal-Martínez (2020) era describir el perfil térmico antes, durante y después de las lesiones más comunes en el fútbol, realizando un seguimiento en el tiempo, con el fin de establecer referencias para orientar mejor la prevención, el apoyo al diagnóstico, el seguimiento de lesiones y la toma de decisiones para la vuelta a la competición con termografía infrarroja en futbolistas profesionales.
Para ese propósito, se incluyeron 50 casos de lesión de jugadores de fútbol (27,6 ± 4,6 años, 73,6 ± 6,42 kg, 1,81 ± 0,26 m) de diferentes equipos profesionales de ligas europeas. Estos jugadores fueron evaluados antes, durante y después de sufrir las lesiones más comunes en el fútbol: ruptura del ligamento cruzado anterior, lesión muscular, esguince de tobillo, fascitis, fractura ósea, problemas de nerviosos, contusión y tendinopatía. En esta revisión, nos centraremos solo en las lesiones musculares.
La mayoría de lo casos descritos fueron lesiones de isquiotibiales. La etiología de este tipo de lesión indica que el mecanismo de lesión supone principalmente un movimiento a alta velocidad en su máximo grado de longitud artro-cinemático, para el complejo isquiosural. Este mecanismo también implica una gran carga sobre el nervio ciático en su puesta en tensión máxima. Kouzaki y col. (2017) realizó un estudio donde evaluaba la conductividad del nervio ciático en atletas con antecedentes de lesiones por lesión muscular en los isquiosurales. Sus resultados mostraron que tanto la latencia como la velocidad de conducción, en el grupo lesionado, fue significativamente más larga y más baja, respectivamente, que la del miembro no lesionado (p <0,05).
En jugadores sanos, la asimetría entre ambas regiones corporales antes de la lesión no difiere de 0,05ºC. Sin embargo, durante las primeras 48 horas posteriores a la lesión se describe una respuesta hipotérmica (-0,48ºC de media). Las métricas de asimetría del software ThermoHuman generalmente muestran una alarma en la región opuesta (dado que se prioriza la región más caliente). Esto puede resultar confuso, pero si tenemos datos previos, la métrica del coeficiente de variación nos mostrará una alarma en el área afectada resaltando que el cambio más significativo está ocurriendo en la región más fría (Figura 2).
Figura 2. Evolución de la asimetría térmica de las lesiones musculares en futbolistas (comparación ROI lesionada-sana). Aadaptado de Fernández-Cuevas & del Estal-Martínez (2020)
Hipotetizamos tres razones principales que podrían explicar la respuesta hipotérmica: en primer lugar, la falta de contracción muscular; en segundo lugar, una posible pequeña hemorragia estática; y tercero y más importante, una reacción del sistema nervioso. Razonamientos como el de Kouzaki et al. (2017) refuerzan la idea de que el factor más predominante para que ocurra la hipotermia en la región de interés (ROI) de los isquiotibiales es la afectación del sistema nervioso (Figura 3).
Figura 3. Progresión del avatar del software de ThermoHuman durante el proceso de recuperación de la lesión muscular.
La asimetría hipotérmica sigue estando presente con una media de -0,45ºC durante el primer mes. No obstante, a medida que avanza el proceso de recuperación, la asimetría tiende a disminuir. Se recomienda realizar otras evaluaciones complementarias para aumentar la conciencia de los factores que afectan la lesión muscular (fatiga, fuerza, RFD, rango de movimiento, etc.). Estos factores han sido descritos por Huygaerts, Shaun, et al. (2020) en su revisión "Mecanismos de lesión por distensión de los isquiotibiales: interacciones entre fatiga, activación muscular y función". Los autores describieron cómo podría estar relacionado con el control neuromuscular y lumbopélvico. También disminuye la estabilidad de la rodilla, la rigidez de las piernas y la transferencia de energía de la unidad músculo-tendón (Figura 4).
Figura 4. Interacciones entre la fatiga y la activación y función de los músculos isquiotibiales. (Adaptado de Huygaerts, S. 2020)
Además, hay evidencia retrospectiva de que una lesión muscular previa de los isquiosurales se asocia con déficits de fuerza-resistencia (Lord et al., 2018) y evidencia prospectiva de que una puntuación más débil en una prueba de fuerza-resistencia específica de los isquiosurales (puente de una sola pierna) está relacionada con una mayor riesgo de lesión (Freckleton et al., 2014).
Sin dolor ni lesión, la tendencia es mantener un equilibrio térmico entre áreas bilaterales. Una vez que se produce la lesión muscular, el perfil térmico muestra una respuesta hipotérmica de -0,48ºC en promedio en la piel, lo que puede ayudar a apoyar el diagnóstico en las primeras 48 horas. Este patrón más frío persiste durante el primer mes (-0,42ºC de media). Sin embargo, la tendencia es volver lentamente a los perfiles simétricos, lo que podría ayudar a cuantificar la recuperación y tomar decisiones de return to play. Las asimetrías térmicas son un método sólido para determinar el estado de salud, respaldar el diagnóstico, monitorear la recuperación de lesiones y tomar decisiones de regreso a la competición con datos objetivos con jugadores de fútbol.