La termografía infrarroja (IRT) es una herramienta no invasiva ampliamente utilizada para medir la temperatura de la piel (Tsk) en diversas aplicaciones de salud y deporte. La capacidad de la termografía para detectar cambios sutiles en la temperatura de la superficie corporal la convierte en una excelente herramienta para monitorear la carga interna de un individuo.
La determinación de valores normativos de temperatura de la piel ha sido un tema recurrente en la investigación científica. Estos valores sirven como referencia para identificar desviaciones en la temperatura que pueden indicar anomalías o la necesidad de intervención, tanto en el ámbito de la salud como en el deporte. A lo largo de los años, muchos estudios han intentado establecer estos valores normativos, pero se han encontrado con importantes limitaciones, como el tamaño reducido de las muestras y el uso de métodos manuales para definir las regiones de interés (ROI).
A continuación, presentamos un estudio introducido en el XVI Congreso de la Asociación Europea de Termología. El objetivo principal fue recopilar datos de una muestra mucho más amplia y utilizar un método automático para analizar las imágenes térmicas (empleando el software Thermohuman). Este enfoque buscaba proporcionar un conjunto de datos más robusto y estadísticamente relevante sobre los valores normativos de temperatura de la piel en una población joven y saludable, al tiempo que se exploraban las diferencias de género.
Se recolectaron imágenes térmicas de 3,626 sujetos sanos y físicamente activos, todas capturadas por el mismo observador. De ellos, 3,088 eran hombres (Edad: 25.21 ± 6.24 años) y 538 eran mujeres (Edad: 24.72 ± 10.87 años). La recolección de datos se llevó a cabo en diferentes ubicaciones de Europa, utilizando la misma cámara (FLIR T530, resolución de 320x240 píxeles, <30 mK) y siguiendo el consenso TISEM (Temperatura ambiente: 22.40 ± 2.06ºC, humedad relativa entre el 30% y el 50%). Todas las imágenes térmicas fueron analizadas automáticamente utilizando el software ThermoHuman, que extrajo la temperatura media y la desviación estándar de 94 Regiones de Interés (ROI). Se utilizó la prueba T de Student para verificar las diferencias significativas entre los grupos de hombres y mujeres.
La temperatura promedio de todas las Regiones de Interés (ROI) fue de 31.68±1.56ºC. Las ROI más cálidas se ubicaron en el tronco, mientras que las más frías se encontraron en las regiones distales y articulaciones como la rodilla o el tobillo. En el caso de los valores de los hombres, la temperatura promedio fue ligeramente superior a la de las mujeres (31.76±1.45ºC en hombres y 31.18±1.88ºC en mujeres). Al comparar las ROI de ambos grupos, la mayoría mostró diferencias significativas entre ellos (valor p<0.01). Solo algunas ROI no presentaron diferencias significativas, como el abdomen, la muñeca, el pie, el trapecio, la columna cervical, el antebrazo y los glúteos (valor p>0.05).
Los valores generales presentados en este estudio son similares a los reportados por Chudecka y colaboradores (2015). La razón principal de esta similitud probablemente se deba al enfoque en sujetos jóvenes, físicamente activos y europeos en ambos estudios. Por el contrario, otras publicaciones han mostrado valores normativos que son más de 1ºC más bajos (Zhang et al., 2023; Bouzas Marins et al., 2014; Niu et al., 2001). Estas variaciones pueden atribuirse a varios factores: en primer lugar, a las diferencias en las ROI analizadas (manual vs. automático); en segundo lugar, a las diferencias en la edad, estado físico y características regionales de las muestras; y en tercer lugar, a las diferencias en las cámaras térmicas utilizadas. Además, los resultados destacaron diferencias significativas en la mayoría de las ROI entre hombres y mujeres, confirmando que los hombres tienen temperaturas de piel significativamente más altas que las mujeres en casi todas las ROI. Estos hallazgos son consistentes con estudios previos (Zhang et al., 2023; Bouzas Marins et al., 2014; Chudecka et al., 2015) y pueden estar relacionados con diferencias en la masa muscular esquelética (SMM) y la masa de grasa subcutánea (SFM).