La termografía infrarroja (IRT) ha sido reconocida como una herramienta eficaz para monitorizar la temperatura de la piel, proporcionando información clave sobre la fisiología del cuerpo humano. En este contexto, presentamos este estudio realizado por Mara de Rezende et al. (2024) donde se analizan los patrones de normalidad térmica de la articulación de la rodilla en atletas profesionales de diversas disciplinas deportivas, evaluando cómo los deportes y el sexo pueden influir en la temperatura de la piel (Tsk) en esta región.
Este estudio tuvo como objetivo evaluar el perfil térmico de la articulación de la rodilla en atletas de élite de diferentes deportes para identificar patrones normales y anormalidades térmicas.
El estudio se llevó a cabo con una muestra de 89 atletas, incluyendo 57 hombres y 32 mujeres, todos ellos con al menos cinco años de experiencia en su deporte y participando activamente en competiciones a nivel nacional e internacional. Se utilizaron cámaras termográficas infrarrojas de alta precisión (FLIR T420), con una sensibilidad menor a 0.05°C, para capturar imágenes térmicas de las rodillas de los atletas en vistas anterior y posterior.
La recolección de datos se realizó en condiciones controladas de temperatura y humedad, siguiendo las recomendaciones del protocolo de termografía. Los atletas se sometieron a un período de aclimatación antes de la captura de las imágenes, evitando cualquier actividad física intensa las 48 horas previas para no alterar el perfil térmico.
La temperatura de la piel, particularmente en la articulación de la rodilla, está influenciada por factores biomecánicos y metabólicos relacionados con la actividad física. El aumento de la de la temperatura de la pie en deportes como el baloncesto puede deberse a la alta carga biomecánica que experimentan las rodillas durante los saltos y los cambios rápidos de dirección. En contraste, deportes como el judo y el futsal implican diferentes demandas físicas sobre las rodillas, lo que se refleja en menores temperaturas en estas áreas.
La evaluación de la diferencia térmica anteroposterior también es crucial. En este estudio, los jugadores de futsal presentaron una diferencia anteroposterior promedio de 3.3°C, mayor que la de los jugadores de baloncesto y voleibol, lo que sugiere un patrón de distribución térmica único que puede estar relacionado con la biomecánica específica de este deporte.
Este estudio se ofrece una relevante perspectiva destacando diferentes referencias para los profesionales de la medicina deportiva, fisioterapeutas y entrenadores y otros profesionales relacionados, ya que los datos de temperatura normal de la piel pueden utilizarse para monitorizar de manera efectiva el estado de salud de los atletas, la carga de entrenamiento o el seguimiento de lesiones. La detección de asimetrías térmicas mayores a 0,3°C puede indicar una carga anormal en la articulación de la rodilla, lo que requiere ajustes en la carga de entrenamiento o la implementación de diferentes intervenciones (por ejemplo fisioterapéuticas).
Además, el uso de gráficos térmicos que reflejen los cambios de de la temperatura de la piel en el tiempo puede ayudar a visualizar las variaciones térmicas y permitir una intervención temprana en caso de anomalías térmicas.